martes, 25 de septiembre de 2007

BODA EN CHINA , PARTE II

Esta es la contribucion de Toni al blog, de su dia de boda .......

Ayer casamos al muchacho! Jie, mi ingeniero de procesos químicos dio su particular "gran salto adelante" ante una reducida concurrencia de 200 personas (sólo los más allegados, aclaró previamente).
Las bodas chinas, para no estresar a los contrayentes, separan las actividades que componen el casamiento en tres días diferentes.
Un día se van a hacer las fotos. Aprovechando normalmente los días claros del verano (un par de meses o tres antes de la ceremonia) se ponen sus vestidios de boda y se van al campo a fotografiarse. He oído casos de parejas que al final no se casaron pero que tienen su álbum de bodas en casa, … Esas pequeñas curiosidades chinas.
Otro día se casan ante los ojos de la autoridad. En absoluta privacidad se van a un juez o un representante de la autoridad local e inscriben sus nombres en el registro correspondiente. Pim, pam, pum aquí te pillo aquí te caso.
Y por fin, la boda en sí. Se celebra en un restaurante ante una gran concurrencia (nunca menos de 200, por debajo de este número es boda en la intimidad), los novios reciben a los invitados a la puerta del restaurante donde se hacen una foto con cada uno de ellos y reciben el regalo que en el 99,99% de los casos es directamente pasta. El dinero va metido en un sobrecito rojo en el que se escribe un mensaje de buenos deseos. El deseo más popular es el de "cien años de felicidad", aunque cualquier deseo que vaya en la dirección del típico salud, dinero y amor será siempre bien recibido.
Gracias al cielo me libré de hacer el típico discurso en el que el jefe desea lo mejor a su empleado (muy arraigado en la tradición china), y en cambio un maestro de ceremonias, micrófono en mano, fue llevando a los novios a través de un programa lleno de lugares comunes hasta el momento crucial del intercambio de anillos: Cruzaron el salón a los sones de la marcha nupcial, encendieron las velas, cortaron juntos la tarta, llenaron los vasos en pirámide, y por fin intercambiaron los anillos, todo ello bajo una lluvia de pompitas de jabón y la explosión de petardos en largos tubos de cartón.
Una vez sentados a la mesa, circulan (nunca mejor dicho, pues siempre hay mesas con plato giratorio) diversos platos de la más variada naturaleza. Gracias a nuestros compañeros de mesa fuimos capaces de identificar las deliciosas lenguas de pato (que volaron en un momento), el arroz a las 8 maravillas, el pescado salado, … Otros platos no necesitaron presentación ya que el animal se presenta completo, así ocurrió con la tortuga de río, el ganso o la paloma.
Los novios pasean durante la cena entre las mesas ofreciendo cigarrillos que enciende la novia y sufriendo las putaditas que les hacen sus amigotes en forma de pruebas a superar: Ponerse unas servilletas en las orejas y un vaso en la nariz, … coger a la novia a caballito, … y lo peor de todo: Besar a la novia, … qué mal lo pasó el pobre besando a la novia en público, …
Por cierto a estas alturas la novia ya va por su cuarto vestido, … en dos horas!!!
Por fin cenados los invitados se van levantando y despidiéndose de los novios: ha sido un honor, gracias, gracias, otra vez cien años de felicidad, ven que te presento a mi padre por tercera vez, es un placer, señor, gracias por invitarnos, es un verdadero honor, … y se acabó. En total 2 horas desde las 6 hasta las 8 de la tarde, una cosa elegante a la par que discreta. Una nueva experiencia.

2 comentarios:

. dijo...

Estos chinos sí que saben, nada de estrés, no sólo lo separan en tres días si no que casi en tres estaciones.
Presiento que este es el comienzo de una hermosa aventura.

david dijo...

Hasta ahora he estado en bodas españolas, en una francesa y en una polaca. Y en todas sobra algo.

En las españolas sobra el discurso de tres horas que se curra el cura.
En las francesas sobra lo de bailar entre plato y plato.
El las polacas sobra el Vodka.
Y por lo que veo en las Chinas lo que les sobra es el tiempo para hacerla, ¿tres días? Que barbaridad!